domingo, 3 de octubre de 2010

PORQUE RECIBO MÁS DE LO QUE DOY

Allí donde  las carreteras suelen ser estrechas,  donde aún viven los animales con la dignidad y la tranquilidad que les dan sus dueños, donde los perros reciben y saludan a los foráneos, donde aún pacen las gallinas por las cunetas, donde  la calidez de sus gentes es gratis, donde la calidad de las personas dura más de un día, donde la desconfianza no es un deporte cotidiano, donde la solidaridad viene de serie, donde la ecología se lleva puesta todos los días, donde se hace más que se dice, donde los que viven son dueños de su tiempo, donde la universidad dura toda una vida, donde los caminos no siempre están asfaltados, donde la banda ancha es la de las cortinas de la casa de la Trini, donde los políticos tienen pereza de acercarse, donde se recibe más de lo que se da;




 allí, en esos lugares tan remotos que se encuentran, aveces, a escasos kilómetros de la ciudad, es donde vive la mirada limpia del trabajo bien hecho, de la honradez, pero también para algunos, de la nostalgia de otros tiempos. La supervivencia, nuestra supervivencia  estará a salvo, mientras en nuestros pueblos, donde la trasmisión de los valores no necesita de protocolos, habiten personas como estas. Hombres y Mujeres que dan mucho más de lo que reciben.

Mi más profundo agradecimiento, respeto y admiración a todos ellos, ha sido un placer conoceros.