Enjuago mis lágrimas al amparo de mis seres queridos y,
sobre todo, de mi otro padre, el biológico. Afortunadamente yo tuve dos PADRES.
Camino hacia los dos meses desde la desaparición en mi vida,
de una de las personas que más he querido, que más quiero y que más querré con
el permiso de esposa, hija, padres, hermanos, suegros y amigos.
Hasta hoy, han pasado exactamente 45 días, me ha sido
totalmente imposible enfrentarme a una hoja en blanco para poder dedicarle un
humilde homenaje, dejar constancia por escrito, expresarle mi más profundo y
sentido cariño cercano, incluso, al amor filial, a una persona muy especial y
que tanto ha marcado mi vida. Es un gesto, una necesaria sesión de terapia y de
equilibrio emocional para mí, más que cualquier otra cosa.
Es difícil arrebañar sobre un papel, todas las sensaciones
que en estos días se han ido agolpando en mi cabeza. Difícil es expresar, con
la vehemencia que merece y sin tener la sensación de olvidarme de algo, el más
sincero y honesto de los agradecimientos por todo lo que de él he recibido a lo
largo de todos estos años, han sido más de diez.
La singularidad de una relación de amistad profunda que
nació por generación espontánea, gracias a un miembro de mi familia, y que se
convirtió, en el transcurso de los años, en un vínculo familiar entre dos
personas, además, de generaciones muy diferentes y distantes. Si puedo decir
que fue como mi segundo padre, me quedo muy corto, fue mucho más que eso
porque en una sola persona, en él, se conjugaba el perfil del mejor más fiel y
más cómplice de los amigos, el hermano más íntimo e incondicional y el padre
más sabio y comprensivo.
Lo más grato, si es que hay algo grato cuando pierdes a un
ser querido, es recordar y saber que en vida, todas estas cosas que describo,
nos las manifestábamos sin vergüenzas ni ambages.
Por lo tanto, saber “a ciencia cierta” que he sido alguien
muy importante en su vida, lo pregonó a los cuatro vientos, saber que se sintió
querido y admirado por mi, saber que se sintió seguro conmigo después de una
vida verdaderamente dura, difícil y llena de sufrimientos….; saber que fui, en
definitiva, –su ángel de la guarda-, como le gustaba llamarme, hasta
el último suspiro de su vida,….. siento que no tengo la capacidad de
describir y transmitir este sentimiento de orgullo y profundo amor hacia él. La
parte negativa es que, todo esto, tiene una contrapartida tremenda y
profundamente dolorosa ya que todo lo que relato se basó en una reciprocidad
que ahora, con su ausencia, me ahoga.
Insisto, ABUELO, tengo la necesidad de manifestártelo de
manera clara y contundente una vez más, en lo mucho que te he
querido por todo lo que juntos hemos vivido, en lo mucho que te
quiero por todas aquellas cosas que han quedado de nuestra relación y que
son unas cuantas, y lo que te querré de aquí al infinito por toda tu
sabiduría y todas tus enseñanzas con las que, sin darme cuenta, me
has ido modelando para ser una mejor persona. Una experiencia de vida. Te
recordaré siempre y siempre te llevaré en el corazón.
AFORTUNADAMENTE YO TUVE DOS.
Si en alguna ocasión tuve que regalar esta poesía a personas
que pasaron por similares circunstancias que en las que yo me encuentro, hoy me
la quedo.(Gracias ADRA)
De tu “nieto”:
A VECES ERA REY….
A veces era rey y a
veces mago
algunas veces libre y
otras no.
A veces era viejo, a
veces sabio
y a veces era niño
como yo.
Levantó mis recuerdos
más felices
con la humilde
destreza de sus manos
y guardó la memoria
de mis ojos
inasequibles siempre
a los arcanos
del olvido, a esos
mil y un matices
que vuelven el amor
en otra cosa,
y no tienen piedad de
los despojos.
Una pared maestra me
falta con su falta
y un pilar de la
“infancia” y esa dicha asombrosa
de ese bien tan
escaso que envuelve a la ternura
cada vez más herido,
cada vez más ajeno…
me falta con su falta
su dulzura,
me falta con su falta
su alegría,
me falta la memoria
de la mía.
Me falta con su falta
un hombre bueno
que a veces era rey,
y a veces mago,
algunas veces libre y
otras no.
Que a veces era viejo
y siempre sabio
y a veces era niño
como yo.